CONTINUACCIÓN DE LA SECIÓN LXXV (75)
APOC. 2:16-17
En este pasaje, el pueblo de Dios recibe un nuevo nombre en armonía con su nueva condición, con el glorioso estado que alcanzado como nuevo miembros de la nueva nación. La observación que nos hace el comentarista es:
El nuevo carácter se deberá establecer en la tierra, antes que Cristo venga por segunda vez. No como alguno sostiene, “cuando venga me cambiara mi carácter, ya que yo no puedo por mi tendencia a pecar” El caracter del pueblo de Dios debe ser intachableá
El rendimiento espiritual y la transformación del carácter en una persona indicaría un nuevo nacimiento. El hombre nuevo no sigue el modelo del antiguo, sino que lo remplaza, es diferente. Se le promete a los hombres y mujeres un “nombre nuevo”, es decir un nuevo carácter diferente.
Este hombre nuevo, no criticara, no pondrá sus ideas al pueblo, no mentira como alguno tiene costumbre, sera un hombre de oración. El renacimiento espiritual y la transformación del carácter sólo los que lo han experimentado conocerán su nombre.
Todo esfuerzo por explicar dicha experiencia a alguna persona de la iglesia que no ha renacido, nunca pudra entenderlo. Los que no han nacido de nuevo, serán un tropiezo para los que han renacido espiritualmente, y estos que han renacido no podrán explicar por completo su nacimiento.
Sólo Dios lo comprenderá. Quiero hacer hincapié el hecho de que el llamado al arrepentimiento que estudiamos en Éfeso, él ángel ahora repite la misma amonestación de arrepentimiento para esa iglesia. (Apoc. 2:16; 3:19). La espada de dos filos en la boca del Hijo del hombre representa el AT. Y el N.T.
Es la palabra de Dios dada al hombre. En aquel tiempo del fin, Dios juzgara y separara la verdad del error. (Isa.49:2). Nos llama al arrepentimiento pasado y presente. Nos llamas a salir de la misma situación en la que se encontraba Pérgamo.
En las fiestas de Pérgamo que eran muy populares era patrocinada por lo que hoy llamaríamos clubes sociales de nuestra comunidad. Y las cosas que se preparaban era en honor de sus dioses, eran muy atractivos como lo son hoy día.
La idea preconcebida de los de Pérgamo era que
un ídolo no era nada, mas que un trozo de cerámica o piedra o
bronce etc. y que Cristo murió para hacernos libres.
Si ellos asistían a un banquete no les perjudicaría y no sufrirían ningún daño. El problema es que poco a poco volvían al paganismo y a la idolatra de las imágenes sin darse cuenta.
Otro concepto que tenían algunos, era que solo representaban a un dios o a una divinidad, y que no era malo en si. ¿Cual lejos esta de la verdad? Dios no ha dejado ninguna imagen suya, pues sabía que el hombre se desviaría hacia la idolatría.
Maranata
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