CONTINUACIÓN DE LA SECCIÓN CXXIX (129).
Capítulo 5:6-8 Cuarta parte.
Juan no dice que un cordero inmolado está realmente delante del trono de Dios; lo que está describiendo es lo que ve en una visión simbólica.
Como sin duda es así en lo que se refiere al Cordero, se deduce que los otros elementos de esta visión –las siete lámparas (4:5), los cuatros seres vivientes (cap. 4:6) y el libro (cap.5:1)-- son también simbólicos (ver Eze 1:10; Apc. 4:1).
¡Qué panorama se le presentó a Juan! No le quedó duda alguna de que Alguien gobierna el universo. Alguien está al frente de él. En cuanto a los siete cuernos significa perfección.
Se describe los cuernos como un símbolo de fuerza (Lam. 2:3). Luego esto significa que es perfecto en poder en sabiduría . En cuanto a los ojos. Es un símbolo de la sabiduría e inteligencia.
Los ojos son identificados como los siete espíritu de Dios, esta expresión se usa para el Espíritu Santo (ver cap. 1:4). Y en el cap. 4:5 se usa un símbolo diferente; “siete lámparas”.
Los ángeles son enviados al recorrer la tierra para dar un informe al Gobernante del universo. (Zac 1:10; 6:5; Juan 14:26; 15:26; Gal.4:6).
Especialmente este informe debe de detallar las cosas que suceden en su pueblo, tanto en el Israel de antaño como en el Israel espiritual.
Ya que en ambos casos, es a su pueblo a quien se le está juzgando y no al mundo. El verso 7, Y él vino, y tomó el libro. Literalmente “vino, y ha tomado”.
Este es el punto central de los capítulos 4 y 5: que Cristo, al tomar el libro de la mano de Dios, hace lo que ningún otro ser en el universo puede hacer(ver 5:5).
El apóstol Juan, asombrado por lo que está viendo, alaba a Dios por su grandeza.
El libro es la evidencia textual de que Cristo el Cordero inmolado recoge el libro sellado.
El que está sentado en el trono es él Padre y le da el libro a Jesús. Verso 8. En cuanto a los 4 seres vivientes y a los ancianos se les une la incalculable huestes angélica que rodean el Trono, y todos ofrecen alabanza al Cordero con sus arpas.
Lo que hace que Dios sea digno de adoración como Juez y Rey es que es el Creador del universo; y que además es nuestro Creador.
Si no fuese nuestro Creador, nuestra adoración sería idolatría. Uno puede adorar al Creador o idolatra a la creación. Solamente Dios, porque él nos ha creado, nos a salvado de la maldición y puede juzgar nuestro destino.
MARANATA.
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