SECCIÓN CXXIV (124 ) SEGUNDA VENIDA APOCALÍPTICA.

SECCIÓN CXXIV (124). SEGUNDA VENIDA APOCALÍPTICA.

CONTINUACIÓN DE LA SECCIÓN CXXIII (123).

apocalipsis 4:11 Fin de cap. 4

Hechas sus coronas.

Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu placer existen y fueron creadas. Apc. 4:11.

Dios es el mismo que el que hace 7.000 años. El juicio se desarrolla en medio del reconocimiento de todas las huestes angélicas.

 La alabanza y la oración de todos los seres existentes en el universo, lo que más destacaríamos es la alabanza tributada a Dios son las expresiones de reverencia reconocimiento de la bondad y la misericordia de Dios de amor. 

El amor por su redentor. Tanto en Daniel 7 como en el apocalipsis, vemos un raudal de amor por parte de Dios Padre y Hijo hacia la humanidad. 

Es el “Dios nuestro” por ende de ellos también. Han comprobado el gran sacrificio de Cristo por una humanidad caída y condenada a muerte, y a través de ese gran sacrificio. 

Debe de resaltar el poder creador de Dios, el cual es el resultado de las demás escenas de la adoración. 

Juan no escatima palabras para describir tal evento. Todo el santuario está lleno de adoradores, y elevan sus voces y echan sus coronas a los pies de Dios Padre y de Jesús. 

Los seres celestiales que acompaña al Todopoderoso junto a sus trono alaban su santidad gloriosas de manera incesante en melodías antifonales, mientras los demás que asisten a tal escena solemne todos los habitantes del universo guardan silencio ante tanta belleza de amor. 

Dios es digno de recibir alabanza, tanto por todos los mundos como de los hombres. 

Dios es “digno” de ser a lavado. Por la voluntad de Dios se constituyó el universo. 

A Dios le agradó traer la existencia de los mundos y dar vida a sus criaturas. Vió que era bueno hacerlo apc. 4:11 . La adoración es patrimonio exclusivo de Dios, y no de cualquier otra cosa. 

Le pareció muy bueno que el universo estuviera poblado de estrellas, planetas y galaxias. 

Es incoherente que el hombre niegue la existencia de Dios, y de que el universo salió de sus manos. 

El Apocalipsis es un libro que detesta la idolatría, es por eso que no es aceptado de buena gana por el hombre. 

Lo que hace que Dios sea digno de adoración como Juez y Rey como creador del universo. Es por eso que en el cap. 5 se nos haga una pregunta:” 

¿Quien es digno?” 5:2. Esta pregunta llega como un grito, y abarca a un libro sellado en la mano derecha del Juez divino sentado sobre el trono: “[...]¿Quien es digno de abrir el libro y desatar sus sellos?”.

MARANATA.

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