SECCIÓN CX (110).SEGUNDA VENIDA APOCALIPTICA
CONTINUACIÓN DE LA SECCIÓN CIX (109).
Apocalipsis 4:2-3. Primera parte.
Y luego fui en Espíritu, y he aquí un trono que estaba puesto en el cielo, y sobre el trono estaba uno sentado. . . Y el que estaba sentado era al parecer semejante. . . y un arco celeste había al rededor del trono. . . Apc 4:2-3
Nadie puede entender Apocalipsis sin entender Daniel. El mensaje es claro y sencillo, Jesus nos invita a ascender al cielo para mostrarnos un panorama de la historia desde el principio hasta el final de la historia de la raza humana. Juan entra en visión por segunda vez.
Cierto es que no sabemos cuánto tiempo transcurrió desde la primera visión a esta. Como detalle, en el NT se menciona el trono 62 veces que aparece la palabra griega “trono” En Apocalipsis aparece 47 veces.
Muchos ya saben que el trono esta en el lugar Santísimo del templo. Jesús nos invita a subir al trono, por medio de nuestras oraciones. Juan vio a través de la puerta abierta el trono de Dios.
El trono simboliza el gobierno de Dios y la autoridad que gobierna sobre todo el universo.
El gran tema central de este conflicto es entre Dios y Satanás quien tiene derecho a gobernar el universo y por ende la tierra.
El gran tema central de este conflicto es entre Dios y Satanás quien tiene derecho a gobernar el universo y por ende la tierra.
El hombre debe entender quien esta a cargo del universo y de este planeta llamado tierra Apc. 4:1-8;
Ezequiel ve también en visión un trono Eze. 1:26-28, pero en apc. 5:11-14 se describe el trono celestial.
Ezequiel ve también en visión un trono Eze. 1:26-28, pero en apc. 5:11-14 se describe el trono celestial.
En Isa. 6:1-6, el vio al Señor en su trono y a los ángeles decir: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos. . . Si para Isaias, el trono de Dios era un lugar santo y sagrado: ¿que será para nosotros?
El propósito del concilio celestial que Juan vio reunido en la sala del Trono celestial era ratificar el legítimo gobierno de Dios sobre el universo.
Dijimos anteriormente, que el trono ha sido identificado como el lugar santísimo del santuario celestial. Juan no se siente capacitado para describir la grandeza del trono de Dios.
Juan da un toque poético, y compara a la persona sentada con tres piedras preciosas: Jaspe, coralina y esmeralda.
Esta comparación especifica debe de ser para el cristiano un toque de atención. Ya que el pectoral del sumo sacerdote de Israel contenía esa misma piedras (Exo 28:17-19).
Otra cosa que debemos de tener en cuenta al estudiar este tema es: que los cap. 4 y 5 deben entenderse simbólica y no literalmente, es claro, por ejemplo, en el capitulo 5:6, dónde se describe a Cristo como “un cordero como inmolado.
Que tenía siete cuernos, y siete ojos”, y, sin embargo, estaba vivo y podía ir y tomar el libro de la mano de Dios.
Puesto que éste es un lenguaje evidentemente simbólico, es lógico que toda la escena profética mencionada sea simbólica.
Eze. 1:10. En Juan se siente una gran reverencia y discreción para describir el Gobierno del universo con palabras sencillas.
MARANATA.
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