CONTINUACION DE LA SECCIÓN LXXXVIII (88).
Iglesia de Sardis. 1.517-1.755
El problema es que hoy los protestantes están peor que nunca. Cito: Los protestantes está ganando terreno a la opinión de que, al fin y al cabo, en los puntos vitales las divergencias (con la Iglesia Católica) no son tan grandes como se suponía, y que unas pequeñas concesiones de su parte los pondrían en mejor inteligencia que Roma Papal (CS. p. 619).
El Cristo glorificado envía ahora a la iglesia hipócrita de Sardis sus más directa represión. En vez de estar viva en Cristo (cf.Efe. 2:5; Col. 2:13; Gál. 2:20), esta iglesia estaba “muerta” y “esta muerta” [me refiero en cuanto a su organización].
Las personas tomaran su decisión cuando Dios se lo enseñe, si tiene que obedecer a Dios o a los hombres.
Tiempo hubo en que los protestantes estimaban altamente la libertad de conciencia adquirida a costa de tantos sacrificios.
Enseñaban a sus hijos a tener en aborrecimiento al
papado y sostenía que tratar de congeniar con Roma Papal equivaldría
a traicionar la causa de Dios. Pero ¡cuán diferentes son los
sentimientos hoy! La iglesia de Roma o los defensores del papado declaran que la iglesia ha sido calumniada, y el mundo protestante se inclina a creerlo.
Muchos sostienen que es injusto juzgar a la iglesia de nuestros días por las abominaciones y los absurdos que la caracterizaron cuando dominaba en los siglos de ignorancia y de tinieblas.
Tratan de excusar sus horribles crueldades como si fuera resultado de la barbarie de la época, y arguyen que la influencia de la civilización moderna han modificado los sentimientos de ella (C S p. 619).
El día que se le de el poder como lo tubo en el pasado, se encenderá las pasiones de esta iglesia, y muchos cristianos morirán por guardar la ley de Dios.
Cuando la reforma fue pregonada por Europa, muchos se tuvieron que marcha a las America a ejercer su libertad de conciencia.
Había otro factor que hay que tener en cuenta: ¿Habrán olvidado estas personas las pretensiones de infalibilidad sostenida durante ochocientos años por tan altanero poder?
Lejos de abandonar este aserto lo ha afirmado en el en el siglo XIX (19) de un modo más positivo que nunca antes.
Roma asegura
que la iglesia “nunca erró; ni errara jamás, según las
Escrituras” (Juan L. von Mosheim, Institutes of Ecclesiastical
History, libro 3, XI, parte 2, cap. 2, nota 17). (Esta es la lección para la iglesia protestante de estos dos hombres. No desean ser católicos otra vez. Los protestantes no son fieles a Dios (esto en sus doctrinas), por lo tanto recibirán el castigo de Apoc. 13, 14.)
¿Cómo podrá renunciar roma a los principios que amoldaron su conducta en las edades pasadas? (ibi 620). Dios le da otro toque de atención. Sé vigilante.
Estas iglesias debían ser vigilantes en su conducta y no rechazar las advertencias de Dios. ¿Que caracterizaba su caída?
MARANATA.
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