SECCIÓN CLXXXV (185) SEGUNDA VENIDA APOCALÍPTICA.

SECCIÓN CLXXXV (185). SEGUNDA VENIDA APOCALÍPTICA.

CONTINUACIÓN DE LA SECCIÓN CLX (18)

Apocalipsis 9:13-21 /-C

Seguimos con la historia
que esta apoya a las Sagradas Escrituras. Sin historia el hombre esta perdido, y nunca podrá acordase de su propia historia, luego la historia es necesaria. 

En Constantinopla había 50.000 habitantes, y 6000 soldados, Mehmed reunió un ejercito de 1600 hombres , Al inicio de 1.452, un ingeniero de artillería húngaro llamado Orbón ofreció sus servicios al sultán. 

Mehmed le hizo responsable de la instalación de los cañones en su nueva fortaleza y la fabricación de un inmenso cañón de nueve metros de longitud (llamado gran bombarda), 

el cual fue llevado a las cercanías de Constantinopla el ataque empezó 7 Abril 1453- Mehmed II entró en la ciudad por la tarde, junto a sus generales Zaganos Pasha y Mahmud Pasha, ordeno que la iglesia de Santa Sofia fuese convertida en Mezquita. 

Por ende debemos tener en cuenta la Peste Negra que arraso Europa, y la intolerancia religiosa. Y la caída de Constantinopla en 1453. 

Estos “ay” trae consecuencias funesta para los que violan la ley de Dios. 

Los acontecimientos desencadenados por las trompetas y los tres ay de Apc, denotan la intervención de Dios en la historia en respuesta a las oraciones de su pueblo. 

Estas trompetas anuncia el juicio de Dios contra los habitantes de la tierra (Pac. 8:13), pero es una advertencia para que los habitantes de la tierra sepan que los juicios son causa de violar la ley de Dios. 

Los juicios de las trompetas son parciales: y la séptima trompeta y el tercer ay, llega el momento en que Dios asuma su gobierno legitimo. Veamos el resultado del 2º (segundo ay). 

El desierto de Arabia es comparado al infierno, es una extensión de muerte. El Islam, no siempre a respetado hasta ahora a los hijos de Dios. 

Esta tortura duro cinco meses: Aproximadamente 150 años, día por año te lo e dado Ezequiel 4:6, 

entre el año 674-823 el primer ataque del Islam contra Constantinopla. Apc. 9:4. 

Se le ordeno no dañar la hierba de la tierra, ni cosa verde alguna, ni a los arboles, solamente a los hombres que no tuviesen el sello de Dios en su frente. (la ley de Dios). 

En la Biblia el sello de Dios, son sus mandamientos es una señal de su propiedad. 

Antes que se derrame el juicio Divino, Dios sellara a sus hijos para que no sufran daño alguno, por las plagas que caerán en la tierra.

MARANATA.

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