CONTINUACIÓN DE LA SECCIÓN. CIV (104).
Tercera parte.
Iglesia de Laodicea. (1.844, hasta el tiempo del fin.) Laodicea la última ciudad fue reconstruida por sus propios recurso, Roma no tuvo que aportar ningún dinero.
Muchas de las riquezas de Laodicea provenía de sus actividades comerciales y bancarias. Cuando el terremoto lo arraso en el año 60 d.C. Laodicea no solicito ayuda de Roma.
Fue reconstruida con sus propios recursos. El reproche que hace Jesús a Laodicea, no es por sus riquezas, ni por su conocimiento. (Cito MS 61
Cristo les exhorta ha la iglesia para que haga un cambio en sus vidas.
Cristo les exhorta ha la iglesia para que haga un cambio en sus vidas.
La iglesia tiene que ser vigilante en su vida cristiana. La fuente de agua viva que se menciona (3:15-20) Se refiere a los hijos de Dios.
Los laodicenses tienen una condición en la que se creen hijos de Dios, pero reniegan de ser hijos de Dios. Delante de esta iglesia se expone verdades de valor incalculable, que otras iglesias no las tiene.
Oh por lo menos no las entienden. Creo con sinceridad, si esa doctrina son llevadas a la vida práctica de la persona, demostrarían la diferencia que hay entre servir a Dios y el que no le sirve.
Una gran escritora dice lo siguiente: La tierra no está más entrecruzada con vetas de oro que el campo de la revelación con vetas de verdades preciosas.
La Biblia es el depósito de las inescrutables riquezas de Dios. Pero los que tienen un conocimiento de la verdad no la comprenden tan plenamente como podrían.
No hacen que el amor de Cristo penetre en el corazón y la vida. El estudiante de la Palabra se encuentra inclinado sobre una fuente de agua viva.
La iglesia necesita beber profundamente de la espiritualidad de la palabra.
Su servicio a Dios necesita ser muy diferente de la experiencia religiosa insípida, sin vida, apática que hace que muchos creyentes sean muy poco diferentes de los que no creen, muy similares en espíritu a los inconversos (MS.24).
Su servicio a Dios necesita ser muy diferente de la experiencia religiosa insípida, sin vida, apática que hace que muchos creyentes sean muy poco diferentes de los que no creen, muy similares en espíritu a los inconversos (MS.24).
Así es la iglesia Laodicenses, llana y clara. “El que venciere se le dará la corona de vida, y se sentara en el trono que Dios tienen preparado para el” (Parafraseando. Apc 3:21).
A través de los siglos muchos han tenido oportunidades de conocer la luz, y no la han aceptado, otras han tenido gran luz y muchas oportunidades, y sin embargo no lo han apreciado.
El auto engaño y la autojustificación de los Laodicenses los llevara a muchos a la perdición. Hay un gran numero de llamados cristianos que en realidad no siguen a Jesus.
MARANATA.
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