CONTINUACIÓN DE LA SECCIÓN LXXVII (77)
Algunos creen que hace alusión al maná (man hu´)que cayo en el Sinaí y que Aarón coloco en una vasija en el arca (Exo.16:33; Heb.9:4).
Hay muchas tradiciones dentro y fuera del judaísmo.
Esta enseñanza dice que cuando venga Cristo el Mesías, “el tesoro del maná descenderá nuevamente de lo alto y se comerán de él en aquellos años. (2º Baruc 29:8) Juan hace una aclaración sobre el maná (Juan 6:31-34), El “maná” simboliza la vida espiritual en Cristo por medio del Espíritu Santo.
Y la vida eterna es el mas allá, donde mora la justicia, Juan (6:31-33) Con respecto a la piedra hay do conceptos que se usaban en la antigüedad. Una era, que en un juicio se usaba una piedra negra y una blanca para determinar la sentencia.
La negra era para sentenciar al reo, y la blanca para absolverlo de la culpabilidad. El renacimiento espiritual y la transformación del carácter sólo puede ser entendido por la persona que ha experimentado dicha transformación.

Por lo tanto el nombre nuevo no sigue un patrón del antiguo, sino que remplaza, es diferente.
La piedra blanca que Cristo dará a cada uno que haya sido moldeado por el Espíritu Santo, se le pondrá un nuevo nombre. Es decir,un carácter nuevo y diferente modelado según el de Dios (cf.Isa.62:2; 65:15; Apoc. 3:12).
Cristo cambió el nombre tanto en el AT como en el N.T. El Padre ya había revelado una verdad, en el ver. 17; ya que la bendición que se pronunció sobre Pedro, les pertenecía a ellos, siempre que la fe de ellos y de nosotros alcanzara a la medida de la fe de Pedro. (ver. 16)
Jesús empleó el nombre que le había puesto cuando por primera vez lo conoció (ver Juan 1:40-42 com. Mat. 4:18). (Marc. 3:16; Mate. 16:18, 1:21; Gén. 32:29). Nadie conoce el nombre del otro ¿Por qué? El renacimiento espiritual y la transformación del carácter sólo puede ser entendido por la persona que lo ha experimentado.

Y lo entendemos así, porque nadie puede entender la transformación de otra persona.
Luego todo esfuerzo por explicar dicha experiencia a alguien que no ha nacido, nunca puede presentar un cuadro verdadero o completo de dicha experiencia.
¿No somos todos nosotros más o menos tramposos? Como los Balaamitas y los Nicolaítas nos esmeramos en encontrar razones plausibles para justificar nuestra malas conductas. Pero si nos aferramos por la fe, gracia al estudio de las Escrituras y la oración, también podemos cambiar hasta ser transformados en Cristo Jesús.
MARANATA.
http://meditacionesmatinales.blogspot.com
http://lecciones-biblicas.blogspot.com
http://judaislacris.blogspot.com
http://historiaybiblia.blogspot.com
http://segunda venida apocaliptica
http://Viajes a través del tiempo y del espacio
http://Alientos de vida eterna.blogspot.com