jueves, 20 de febrero de 2014

APOCALIPSIS. PARTE INTRODUCTORIA. SECCIÓN II

CONTINUACION  DE LA SECCIÓN  I
 Marco hetórico.

La tradición cristiana más antigua indica que el Evangelio fue escrito en condiciones completamente diferentes. (foto. Juan en visión profética).  

Pero cuando el profetismo cayó en descrédito entre los cristianos y finalmente desapareció en el siglo II, y comenzo a aparecer en el siglo III. La tradición cristiana primitiva lo reconoce unánimemente como el autor del Apocalipsis a Juan. Queremos aportar dentro de este Marcos Histórico todas las evidencia que nos aporta la historia.

En el Fragmento de Muratori, escrito en Roma probablemente alrededor del año 170d.C. -sólo pocas décadas después de que hubiera estado allí Policarpo, el discípulo de Juan- se afirma: "Y es notorio que los Evangelios fue escrito después del Apocalipsis, y fue entregado a la iglesia del Asi por Juan, estando aún en el [cuerpo presente] como obispo de Hierápolis. (Texto latino en S.P. Tregellos, ed., Canon muratorianus, pp. 17-18).


Papías de nombre, un amado discípulo de Juan, que escribió este Evangelio que fue citado por Juan, lo refiere en su Exoterica, es decir, en los últimos cinco libros" (Texto latino en Wordsworh y White, Nuvum Testamentum. . . Latine, t. 1, pp. 490-491).

Aunque no se puede asegurarse que los detalles de este relato sean exactos, esta declaración sugiere con cierta intensidad en el siglo II se había extendido la idea de que Juan había redactado el Evangelio con ayuda de otro. Apoyada por esta antigua tradición, la declaración al final del Evangelio: "Este es el discípulo que da testimonio de estas cosas, y escribió estas cosas; y sabemos que su testimonio es verdadero" (Juan. 21:24), parecería ser la certificación de los ayudantes de Juan para dar veracidad a su relato.

Si esta manera de interpretar las pruebas es correcta, no es dificil explicar las diferencias lingüísticas y literarias que existen entre el Apocalipsis, escrito por Juan cuando estaba solo en la Isla de Patmos, y el Evangelio, escrito con la ayuda de uno o más de los creyentes en Efeso.

Evidencias constatadas. A las evidencias presentadas puede añadirse el hecho de que hay cierto paralelos literarios notables entre el Apocalipsis y el Evangelio de Juan, que sugieren una misma paternidad literaria. A/ El Apocalipsis nos habla del "agua de la vida" (cap. 21:6; 22:17); y el Evangelio de Juan habla, del "agua viva" (Juan. 4:10; 7:38).

El Apocalipsis invita:  "El que tiene sed venga" (apc. 22:17), y el Evangelio declara: "si alguno tiene sed, venga" (cap. 7:37). 

 Opsis, "apariencia" o "rostro", se usa en el N.T. sólo en los escritos de Juan (Juan. 7:24; 11:44; Apoc. 1:16). Lo mismo puede decirse de las expresiones teréin ton lógon  "guardar mi palabra" (Juan. 8:51-52; 14:23-24; 15:20; 1º Juan 2:5; Apoc. 3:8,10; 22:7,9), y ónoma autò, "se llama", literalmente "nombre para él" (Juan 1:6; 3:1; Apoc. 6:8).

 Salvo en los lugares donde se hace referencia directa a los símbolos del A.T, se nombra a Cristo como el cordero únicamente en el Evangélio de Juan y en el Apocalipsis (Juan. 1:29, 36; Apc. 5:6; y 28 veces más.


Aunque esta introducción se mas larga en su contenido, esperamos que
sea de su agrado. Por nuestra parte les deseamos que disfruten de este maravilloso tema de Apocalipsis. 

Por lo tanto, aunque pueden presentarse argumentos en contra de que Juan sea el autor del Apocalipsis, debe reconocerse que las pruebas a favor del punto de vista tadicional de que el autor razonables y solidas. CF. HAp 462-467